sábado, 29 de agosto de 2015

Origen y Denominación



“En 1720 el virrey de Santa Fe informa que los Encomenderos los tratan a los indios, con tanta sujeción como si fueran esclavos, especialmente en la provincia de Popayán… En lo que hemos podido rastrear con relación a los primeros establecimientos blancos en Suaza se deduce que el siglo que va de 1550 a 1650 aproximadamente fueron titulares de Encomienda: Al Sargento Mayor Agustín de Valderrama, El Capitán Gonzalo de Sánchez, El capitán Melchor de Losada, y el Capitán Martin Calderón. Estos transfirieron estancias, hatos, haciendas y privilegios a sus descendientes, quienes mediante alianzas matrimoniales, parentesco familiar o compra, usufructuaron las ricas tierras de Suaza en el siglo XVIII. 


“Sobre su antigüedad hay que tener en cuenta que desde la época de la conquista los Españoles recomendaban a los encomenderos de Timaná que animaran a los aborígenes a elaborar hebrajes de paño, sayales, frazadas y sombreros.” “Esto quiere decir que las prácticas del conocimiento de elaboración del sombrero ya se estuviesen llevando desde el periodo finales del Siglo XVII. Y según la cita anterior, esta actividad es muy probatoria que iniciara con el Pueblo de Indios según clasificación de la Corona, y este pueblo era llamado San Francisco Javier de la Ceja de los Andaquíes y Guaduas Pintadas, establecido en el resguardo de este municipio. El conocimiento pasó por Timaná, a quien pertenecía Suaza.
Asentamientos Poblacionales Si tenemos como referencia esta fecha ¨Año 1738 Pruebas de Existencia del Caserío de Suaza¨ es una experiencia para determinar que a esta altura, se debería tener conocimiento sobre la elaboración del Sombrero de Nacuma, labor que recomendaban los españoles, cuyo conocimiento ya provenía del Ecuador, de la ciudad de Jipijapa como un pensamiento sistémico de Encomenderos difundo en todas sus colonias.


La Formación de Haciendas Sin lugar a duda los encomenderos jugaron un papel muy relevante al igual que los misioneros para el desarrollo de herramientas y objetos para beneficio. Productos Influyentes La ganadería que ya data de 1730; La Quina: Año 1752 La explotación Quinera influía en cierto modo para la hechura del sombrero, del sombrero ranchero Suaza como era la denominación para una clase de tejido del sombrero, (véase: Historia de abuelos sobre la consecución de la Paja de Iraca) para los trabajadores en los hatos ganaderos y explotaciones agrícolas y selváticas. Los nombres comerciales manejados era Nacuma y Jipijapa y la denominación de Suaza…tímidamente comenzaba a sonar. Parto de un concepto que llamo: denominación por adquisición, que por lo general aplica frases: Donde lo compro, o donde lo adquirió… pero sobre todo… ¿quién lo hace? Y esos términos son los que determinan en la mente de los pueblos, un lugar de origen o de procedencia donde pueden adquirir un producto.
El comercio como Puerto Obligado con el Caquetá y su Fundación oficializada.
Posteriormente al convertirse en paso imprescindible en el Año 1780, Suaza Puerto obligado comercial con el Caquetá, es un factor sobresaliente para que esta labor se incrementara localmente. Para este mismo año, 1780 se da la Fundación Oficial del Caserío de Santa Librada de Suaza, como podemos observar…el termino al final del nombre se mantiene, Suaza. Un manejo muy particular de las Toponimias que daban los españoles en sus fundaciones que utilizaban nombres de santos, sus nombres o apellidos, algunos se conservaban en la lengua nativa, o se daban asociaciones como por ejemplo con la Fundación del caserío: San Francisco Javier (El nombre en honor al Santo) de la Ceja (El lugar más dominante territorial y próximo) de los Andaquíes (El nombre de los habitantes originales) de la guaduas pintadas (El nombre del lugar donde están ubicados, un nombre dado por apreciación debido a la abundancia de guaduas pintadas a la orilla del rio).
Es en este factor relevante, comercio, cuando el nombre de Suaza, como producto, comenzó a sonar, hacer eco en la mente de los compradores e irse difundiendo en otros lugares.

Autor: Kenneth Harrison Yela M.



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